Nos encontramos con un texto autobiográfico, casi como un autorretrato arquitectónico del autor. Él nos propone una serie de relatos que son parte de sus memorias espaciales, atmósferas y escenas que dan forma a su ADN proyectual, su identidad. Los nombra como “espacios autobiográficos”. Por caso, el recuerdo de la vivienda que a partir de 1968 habitaron con su familia en la ciudad de Tucumán, y que, citando al maestro Pablo Mendes da Rocha, termina por alojar la imprevisibilidad de la vida. “Esas moradas del pasado son, en nosotros, imperecederas” señala lúcido Gastón Bachelard.
Las lecciones de nuestros maestros conforman parte “del legado de lo precedente”, que constituye el mayor regalo que recibimos al nacer. Es “el presente del pasado” al decir de Agustín de Hipona. En su recorrido por la noción de habitar, Hugo nos comparte sus memorias respecto de importantes referentes de su formación, entre los cuales se destaca el maestro Eduardo Sacriste. Los maestros de la cultura arquitectónica nos siguen enseñando y nos ofrecen sus aportes al mundo de la arquitectura, y, reconociendo sus referencias culturales y filosóficas nos ayudan a construir una mirada y un pensamiento crítico.
Derrotero proyectual, un recorrido por experiencias proyectuales, profesionales y académicas sobre la vivienda contemporánea
Nos encontramos con un texto autobiográfico, casi como un autorretrato arquitectónico del autor. Él nos propone una serie de relatos que son parte de sus memorias espaciales, atmósferas y escenas que dan forma a su ADN proyectual, su identidad. Los nombra como “espacios autobiográficos”. Por caso, el recuerdo de la vivienda que a partir de 1968 habitaron con su familia en la ciudad de Tucumán, y que, citando al maestro Pablo Mendes da Rocha, termina por alojar la imprevisibilidad de la vida. “Esas moradas del pasado son, en nosotros, imperecederas” señala lúcido Gastón Bachelard.
Las lecciones de nuestros maestros conforman parte “del legado de lo precedente”, que constituye el mayor regalo que recibimos al nacer. Es “el presente del pasado” al decir de Agustín de Hipona. En su recorrido por la noción de habitar, Hugo nos comparte sus memorias respecto de importantes referentes de su formación, entre los cuales se destaca el maestro Eduardo Sacriste. Los maestros de la cultura arquitectónica nos siguen enseñando y nos ofrecen sus aportes al mundo de la arquitectura, y, reconociendo sus referencias culturales y filosóficas nos ayudan a construir una mirada y un pensamiento crítico.
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